Uno de los personajes más famosos que Japón ha dado el mundo es Mario Bros, y entre los juegos más famosos protagonizados por el personaje está Mario Kart.

Desde que el primer videojuego de la serie se lanzó en 1992, otros 14 juegos en todas las consolas de Nintendo, e incluso en otras plataformas como celulares o maquinitas han sido lanzadas y mas de 165 millones de copias se han vendido a nivel mundial.

Tal es la fama del juego, que en Japón la experiencia de manejar go-karts, está ligada a Mario Bros, y como viajeros puedes vivirla de manera muy diferente.

En lugar de estar en una pista cerrada, puedes usar tus go-karts para recorrer las calles de Japón y conocer la ciudad.

Además, puedes vivir la experiencia disfrazado, con lo que todo se parece mas a la experiencia de ser un personaje en el famoso videojuego.

Por supuesto, hay reglas que seguir, y la primera es que, no importa cuantas ganas tengas de pisar el acelerador, las carreras están prohibidas, pues compartes el espacio de las calles con peatones y otros vehículos.

El viaje lo haces con un guía al que debes seguir y obedecer, y según tu elección y presupuesto, puedes tomar un recorrido ya organizado, o bien tomar un tour privado y personalizado.

Los precios van de los 5,500 yenes para el primer caso, hasta los 19,000 de la última opción.

También, para subirte al vehículo, debes pasar una instrucción sobre como conducirlos y tener un permiso de conducir internacional válido, mismo que debes tramitar antes de entrar a Japón.

Además debes evitar usar sandalias, tacones, faldas u otra prenda de vestir inadecuada para la experiencia.

Lo que si se permiten son disfraces, y estos casi siempre están incluídos al pagar tu recorrido con la mayor parte de las empresas que ofrecen viajes en go-kart por Japón.

Sin embargo, estos disfraces no van a ser de Mario y sus amigos.

Hasta hace pocos años, una empresa llamada Mari Kart si tenía disfraces de Yoshi, Luigi, Peach o Bowser, además del protagonista de la saga. Pero resultó que nunca obtuvieron el permiso de Nintendo.

Acabaron demandados y con una multa millonaria, por lo que tendrás que conformarte con disfraces más genéricos, aunque esto no impedirá que eches a volar tu imaginación.

Un seguro de viaje te protege en actividades como el go karting en Japón

Ir con un disfraz es especialmente atractivo si tomas un tour por Akihabara, el barrio famoso por ser el hogar de los otaku, es decir, los aficionados al manga, y donde en todas las calles es común encontrar a gente vestida como sus personajes favoritos.

La experiencia puede ser muy divertida, pero debes tener cuidado, pues estarás en vehículos muy pequeños conduciendo a lado de camiones u otros coches de mayor tamaño.

Por ello, es recomendable siempre llevar un seguro de viaje.

En caso de un accidente, el Seguro de Viaje de American Express cubre tus gastos médicos en el extranjero, por lo que es esencial para el viajero y para disfrutar de los go-karts con tranquilidad.

Recuerda también que en Japón, las reglas son estrictas, y si te retrazas para llegar a tu tour, pueden irse sin ti, en ese caso, viajar asegurado también te servirá para recuperar el gasto.

Los tours en Go-kart por Japón se pueden realizar en Tokio, su capital, así como en las ciudades de Osaka y Okinawa.

 

217 es un número mágico para cualquier viajero de corazón, pues es el total de países y territorios que existen en el mundo, y por lo tanto, el máximo número de destinos que puedes visitar.

¿Pero es cierto esto o existe alguna manera de ir más allá?

La respuesta es que en todos los continentes hay lugares que no aparecen en ningún mapa, y de los que prácticamente nadie sabe, pero que en cierto modo existen y te dan la posibilidad de tener aventuras y experiencias en destinos únicos.

Se trata de las micronaciones, los países que no existen, ¿quieres saber más sobre ellos?

¿Qué es una micronación?

Una micronación es un estado que sostiene ser independiente, pero que no es reconocido por ningún otro país ni por ningún organismo internacional.

Además, no es capaz de ejercer el monopolio de la fuerza, la soberanía o el control de su población.

Micronaciones Principado de Hutt River

Las razones por las que surge una micronación son variadas, y entre los casos más comunes se encuentran desde la experimentación teórica sobre como se organiza un estado, hasta la simple gracia de hacerlo.

También lo están la protesta o rebeldía ante actos de gobierno, e incluso el encubrimiento de actividades criminales.

Historia de las micronaciones

La primera micronación de la historia fue el Principado de Baldonia Exterior, una isla de 16,000 metros cuadrados en el archipiélago de las islas Tusket en Canadá.

La isla fue comprada por el empresario Russell Arundel, que trabajaba para Pepsi-Cola, quien incluso logró enlistar su consulado en directorios telefónicos de Washington, atrayendo atención internacional de gente que lo tomó por un país real.

Caminando por la isla que fue Baldonia Exterior

Baldonia Exterior llegó incluso a declarar la guerra a la Unión Soviética en plena Guerra Fría, pero esto llevó a que el público en general conociera su verdadero nacimiento y el interés en la micronación se extinguió.

En los años 70 Arundel vendió la isla, poniendo punto final a su historia.

Fuera de esta primera experiencia fue a partir de la segunda mitad de los años 60 que empezó un verdadero movimiento de fundación de micronaciones, varias de las cuales siguen existiendo.

Estos lugares cuentan con territorio, usualmente de poca extensión, y son ignorados o tolerados por el país del que presumen haberse separado.

En la década de los 90, el Internet permitió la rápida multiplicación de micronaciones.

Muchas de ellas, no existen físicamente y la mayor parte de ellas son pasatiempos de sus creadores, que desde una página web pueden reclamar que existen como cuasiestados.

En 2020, el Principado de Hutt River, una de las micronaciones más antiguas y famosas, desapareció por culpa del coronavirus.

¿Son legales las micronaciones?

Aunque no son reconocidas por nadie como nación independiente, algunas de ellas si encajan con definiciones internacionalmente aceptadas de estados.

En concreto, están amparadas por la Convención de Montevideo, firmada en 1933 en Uruguay por 19 países de América.

En su primer artículo, la Convención declara que un estado-nación debe cumplir cuatro requisitos para ser reconocida por el derecho internacional.

Estos son:

I. Población permanente.
II. Territorio determinado.
III. Gobierno.
IV. Capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados.

Además de este documento, algunas micronaciones reclaman derechos históricos o errores legales que amparan su existencia.

Convención de Montevideo, Uruguay, 1933

Muchas de ellas producen souvenirs como monedas o sellos postales y algunas incluso llegan a emitir pasaportes y a sellar el tuyo si lo presentas, todo lo cual les da un atractivo extra para los viajeros en ruta por el mundo.

El problema que todas enfrentan es que nadie las reconoce, salvo que lo hagan entre ellas, y para llegar a ser países requerirían que nadie más exija control sobre su territorio.

¿Qué micronaciones puedo visitar?

Antes tuvimos una serie sobre islas prohibidas, lugares del mundo que están fuera del alcance de los viajeros, pero vamos a empezar una nueva serie sobre micronaciones.

Repartidos a lo largo y ancho del mundo, estos territorios, algunos de muy pequeño tamaño, están a tu alcance si te animas a viajar a conocerlos.

Sin duda, todos ofrecen historias muy interesantes para cuando vuelvas a casa.

Cada dos semanas iremos explorando uno de ellos para que los conozcas mejor.

  • Akhzivland, un paraíso hippie en las costas de Israel, considerado el país más pacífico del Medio Oriente.
  • Austenasia, Terry I fue el primer rey de este país que hizo de su casa su reino, y luego se expandió por cinco continentes.
  • Christiania, Un barrio de Copenhague en Dinamarca, que se declaró libre como un experimento anarquista.
  • República Glaciar, En Chile, Greenpeace creó esta micronación para luchar por la protección de los glaciares del país andino.
  • República Hajduk, La falta de servicio eléctrico llevó a la independencia de este hotel en el parque nacional de Blidinje en Bosnia.
  • República de Hout Bay, Este rincón de Sudáfrica encontró en su independencia la mejor manera de atraer al turismo.
  • Gran Ducado de las Islas Lagoan, Unas pequeñas islas en un estanque del Reino Unido, son la única micronación que fue conquistada por otra.
  • Ladonia, El artista Lars Vilks creó unas esculturas en un bosque de Suecia. Cuando el gobierno amenazó con destruirlas creó su propio país para protegerlas.
  • Liberlandia, En la frontera entre Serbia y Croacia tiene varias extensiones de tierra que ningún país reconoce como propias. El activista checo Vít Jedlicka las reclamó para promover el libertarismo.
  • República Murrawarri, Una tribu aborigen logró probar que su territorio nunca pasó a ser parte de Australia, y desde entonces reclaman su independencia y sus derechos.
  • Parva Domus, La micronación más antigua de la lista, un club de amigos en Uruguay que se dice independiente desde el siglo XIX, y al que solo se entra por invitación.
  • Pontinha, El país más pequeño del mundo, esta roca de Portugal encuentra su independencia en la venta que el gobierno portugués hizo de ella en 1903.
  • Rathnelly, Un grupo de personas de este barrio de Toronto en Canadá, se declaró libre para luchar por los derechos de los vecinos.
  • Rino Island, El mundo está lleno de islas fantasma que alguna vez estuvieron en mapas históricas para luego desaparecer. Este país reclama estos territorios en aguas internacionales.
  • Saugeais, Uno de los valles mas aislados de Francia, tiene una cultura propia, pero su nacimiento se dio con una broma de un restaurantero.
  • Principado de Sealand, La micronación más famosa del mundo, nació a partir de una radio pirata en una plataforma del Mar del Norte abandonada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. fundada por Paddy Roy Bates en esta isla artificial se dice, falsamente, la más pequeña del mundo.
  • Seborga, el pueblo de Italia que nunca fue considerado en la unificación del país y hoy reclama ser libre
  • Tavolara, fue el país más pequeño del mundo, hasta que Benito Mussolini se lo apropió.
  • Whangamomona, un país que ha tenido incluso perros y cabras como presidentes
  • Yidindji, al norte de Australia, esta nación aborigen también pelea por su independencia, y reclaman como propia una de las grandes ciudades del país.
  • Zaquistán, Un artista compró varias hectáreas en el desierto de Utah, y creó un país que es tan inhóspito que solo es habitado unos días al año.

Adquirir unas pocas hectáreas en un desierto que a nadie más interesan puede ser el camino más rápido para fundar tu propio país.

Eso fue lo que hizo Zaq Landsberg, quien invirtió $610 dólares por el derecho a ser llamado presidente de su propio país, al cual bautizó con su nombre: Zaquistán.

Es nuestra nueva parada en nuestra serie de Micronaciones.

Dónde está Zaquistán

Aunque su presidente es un artista que vive en Brooklyn, Nueva York. Su país se encuentra localizado a más de 3,800 kilómetros de distancia de su residencia.

El terreno que compró para fundar Zaquistán se encuentra en el desierto de Mojave, al norte de Utah y se encuentra totalmente deshabitada.

Mapa de Zaquistán

El lugar más cercano es el pueblo de Montello, Nevada, que tiene menos de 100 residentes, y está a 96 kilómetros de esta micronación.

Respecto a la longitud de Zaquistán, esta es de poco más de 8,093.17 metros cuadrados, el equivalente a dos acres.

Zaquistán está completamente rodeado por Estados Unidos, siendo obligado cruzar este país para poder llegar.

Historia de Zaquistán

Los desiertos de sal

Para entender la historia de Zaquistán, hay que remontarse a la prehistoria, y a las grandes eras geológicas que son las que dieron origen a lo que resulta una zona donde es muy difícil sobrevivir.

Hace 32,000 años, gran parte de Estados Unidos estuvo cubierta por un enorme lago que hoy conocemos con el nombre de Bonneville.

Abarcaba gran parte de lo que hoy es Utah, y se extendía hasta Nevada e Idaho. Este lago tenía una característica muy rara, y es que no tenía afluentes. Por ello, casi toda el agua que recibía provenía de la lluvia.

Mapa del prehistórico lago Bonneville, hoy desaparecido

Esto también provocó que, cuando los patrones climáticos fueron cambiando, el lago fue poco a poco desapareciendo, y hace aproximadamente 16,800 años, ya no existía.

Hoy lo poco que queda de el es el Gran Lago de Sal que da nombre a la mas importante ciudad de Utah, Salt Lake City.

¿Qué pasó en toda la zona que alguna vez fue el lago?

La falta de fuentes de agua dulce, le dan al lago una inusual salinidad, y cuando el agua se evapora, la sal queda detrás.

Por ende, buena parte de la zona que alguna vez fue el lago Bonneville, hoy es llamada el Gran Desierto de Sal, una zona donde la vida es muy difícil, por lo que apenas está poblada.

Es ahí donde se encuentra la inhóspita micronación de Zaquistán.

El ferrocarril

Un evento muy importante en la historia de Estados Unidos fue la construcción de los ferrocarriles, que unieron el este y el oeste del país.

Uno de los más importantes de estos fue el llamado Transcontinental, que en su recorrido cruzaba este desierto de sal.

Debido al paso del tren, varios pueblos que llegaron a tener unos miles de habitantes, fueron surgiendo en esta zona que de otro modo no podía sostener muchas personas.

Fue la única ocasión que se pudo hablar de cierto desarrollo en el lugar.

Eventualmente, el tráfico ferrocarrilero fue movido a zonas de orografía más difícil, pero con mas recursos. Y en cuanto los trenes dejaron de pasar, los pueblos surgidos, en su mayoría, desaparecieron para siempre.

La fundación de Zaquistán

Llegamos así a 2005, cuando Zaq Landsberg navegaba por Internet y decidió pujar en un sitio de subastas por dos acres de tierra.

Según dijo, quería hacerse de una parte del auténtico oeste americano, antes de que desapareciera por completo.

El 26 de julio de 2005, la compra de tierra se hizo legal, y quedó registrada por el condado de Box Elder en Utah.

El mismo mes de agosto, Landsberg y su amigo Jake Davidson se lanzaron a conocer el lugar adquirido.

Vista del Monte Insuperable (Mount Insurmountable) de Zaquistán

Su largo viaje empezó en Los Ángeles y tras cruzar Arizona y Utah, el día 31 de agosto de 2005 a las 08:05 de la mañana, llegaron al lugar.

Zaq, subió a lo alto del lugar que llamó Monte Insuperable, y plantó la bandera de su nuevo país, declarándolo independiente.

Futuro de Zaquistán

Zaquistán no está habitada, y no se ve factible que algún día puede estarlo. Aún así, su fundador y presidente, organiza expediciones ocasionalmente, manteniendo vivo su proyecto.

Esta micronación pervive como un proyecto artístico, como no podía ser de otro modo siendo que fue fundada por un artista, y bajo la esfera de Zaquistán se han hecho y comisionado proyectos de arte.

En esto, tiene lazos que la comunican con Ladonia, otro país ficticio que surgió a partir de la escultura, aunque ya ha trascendido ese aspecto.

Seguramente, en un futuro inmediato, este país seguirá en esta línea.

Zaquistan Flag

La pregunta, como pasa con otros países que dependen de un solo hombre como Austenasia y Akhzivland, es qué pasará cuando esta persona abandone el proyecto o cuando fallezca.

Zaquistán ofrece, como otras micronaciones, pasaportes y ciudadanía a quien lo quiera. Pero obtenerlos no es tan fácil, pues la solicitud se hace en persona y solo en ciertos momentos del año, así que tienes que estar atento a su página oficial y actividades para buscar unirte a ellos.

Entre los ciudadanos del país, hay buen número de argentinos, pues Zaquistán tuvo una embajada en Buenos Aires, alojada en el Nuevo Museo Energía de Arte Contemporáneo, y que mostró la historia del país, dio talleres y dio pasaportes, todo con el apoyo de la Secretaria del interior, Sofía Gallisa Muriente

Qué ver en Zaquistán

Zaquistán está en nuestra lista de micronaciones porque, como todas las de nuestra serie, es posible viajar a ella y visitarla, aunque en este caso particular, es más difícil que en ninguno otro de los que les hemos contado.

Esto se debe a la lejanía, las difíciles condiciones climáticas y la absoluta falta de servicios en Zaquistán y sus alrededores. Esto incluye la falta de caminos y de agua.

De hecho, la propia página oficial del país desaconseja la visita a cualquier curioso, aunque esperan que algún día puedan recibir visitantes de forma regular.

“En este momento solo es posible visitar Zaquistán a través de un tour patrocinado por el ministerio de Turismo del país”. Advierten.

Estos tours se dan durante los pocos días del año que Zaq Landsberg viaja al lugar, y no hay garantía de cuando se realizan y si podrás sumarte al grupo.

A pesar de ello, no dejan de presumir por internet lo que son sus atractivos turísticos.

Esto incluye al Monte Insuperable, cuya conquista marcó el origen de la nación y que en realidad es un modesto promontorio con una bandera del país en su cima.

Más interesante son las obras de arte que, con el paso de los años, han sido comisionadas y creadas en el país, promoviendo el Land Art.

Monumento del decenio en Zaquistán

Entre estos se encuentran unos girasoles de plástico, la única flor que puede sobrevivir en el clima del país; los guardianes de Zaquistán, una especie de robots instalados por Jeffery Herbst y Landsberg en 2006, que supuestamente protegen al país de intrusos.

Además está el monumento del decenio, el más nuevo y que celebra 10 años de independencia, y el arco de la victoria, la estructura más alta del país.

Su capital es Zaqopolis un valle detrás del Monte Insuperable, que no es otra cosa que un claro relativamente protegido del viento, donde se instalan los campamentos durante los días que el país está habitado.

El norte de España tiene algunos de los paisajes mas hermosos de la península Ibérica, y dentro de las muchas cosas que puedes encontrar, están las Islas Cíes.

Se trata de un archipiélago de tres islas, declaradas parque natural en 1980 y que son uno de los mejores lugares para hacer ecoturismo en la región.

Hoy te contamos sobre ellas.

¿Dónde se encuentran las Islas Cíes?

El archipiélago se compone de tres islas, cada una con dos nombres diferentes: Norte o Monteagudo, Del Medio o do Faro y Sur o San Martín.

Están localizadas en la Ría de Vigo, dentro del municipio del mismo nombre y a 14 kilómetros de la ciudad de Vigo.

Las tres juntas tienen una extensión de 433 hectáreas, aunque su extensión aumenta hasta 2,658 al contar el territorio marino.

Parque Natural

En los años 70, el medio ambiente de las Islas Cíes en Galicia estaba sufriendo un grave deterioro a causa de la actividad humana.

Por ello, en 1980 fueron declaradas como parque natural, lo cual inició el camino para recuperar la naturaleza, y para que se convirtieran en el paraíso para el turismo sostenible que son hoy en día.

Acantilados de las Islas Cíes en Galicia, España

Desde entonces, su protección ha ido en aumento, y en 2002 las Islas Cíes se sumaron a otros archipiélagos e islotes de la comunidad autónoma para formar el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia.

Además de las Cíes, este parque lo componen Ons, Sálvora, Noro, Vionta, Cortegada y Malveiras.

España está buscando que todo el parque sea nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

¿Cómo ir a las Islas Cíes?

Por su situación como Parque natural, visitar a las Islas Cíes no es tan sencillo como ir a otros destinos.

Para empezar, el número de visitantes que pueden entrar se encuentra limitado, para que los viajeros no rebasen la capacidad del destino provocando que sufra por un turismo masivo.

Como consecuencia, tienes que tramitar una autorización para entrar a la isla, y reservar tu lugar, lo cual puedes hacer a través de un portal habilitado para ello por la xunta de Galicia, o a través de una de las navieras con permiso de navegar hacia ellas.

El permiso se puede tramitar con 90 días de antelación a tu visita, y se puede cancelar 15 días antes de la misma.

Las islas pueden recibir en total a 1,800 viajeros diarios, y a un máximo de 600 campistas.

Para llegar a las islas tienes que viajar con una naviera, y las que están autorizadas para llegar son Mar de Ons y Nabia.

Una de tus mejores opciones para reservar tus billetes es Mister Ferry donde puedes comparar los horarios y servicios de las diferentes opciones para encontrar la que mejor se acomode a ti.

Islas Cíes vistas desde lo alto

El viaje en ferry resulta de los más cómodo, pues cuentan con cubierta exterior para disfrutar el paisaje, cafetería para tomar un refrigerio y baños.

Si viajas con un grupo de 10 personas, puedes encontrar ofertas especiales en el precio del ferry.

También tienes diversas opciones para viajar, pues hay salidas desde los puertos de Bayona, Vigo, Portonovo, Cangas del Morrazo y Sanxenxo.

La web también te permite reservar billetes para visitar la otra isla abierta al turismo del parque, Ons.

¿Qué ver en las Islas Cíes?

En primer lugar, y como puedes esperar de una isla, su primer atractivo son las playas, pero no se trata de una playa cualquiera.

La playa de Rodas fue considerada por el diario The Guardian como la más bella del mundo en 2007, por encima de cualquier lugar del Mediterráneo o del Caribe.

Aunque el ranking ya es del pasado, Rodas mantiene su belleza, un mar turquesa y una playa resguardada por un bosque de pinos, y es una de las que tiene el distintivo Blue Flag en España.

Es la más famosa, no es la única playa de las Cíes, y puedes encontrar alguna otra para tu gusto, ya sea pequeña y solitaria o de las más populares.

Una de las cosas que le dan belleza a las Islas Cíes, es que es uno de los lugares de Europa donde los coches están prohibidos, y su ruido y contaminación no afectan el entorno.

Por ello, la manera de moverse por el lugar es andando, y es la mejor forma de conocer de cerca todos los rincones naturales del lugar.

Cuatro rutas de senderismo te llevan a conocer dos de las islas Cíes, la tercera San Martín, solo es accesible si puedes pagar un bote privado.

Una de las playas más bonitas del mundo, Rodas en las Islas Cíes

Tres de las rutas te llevan desde el muelle de pasajeros a los tres faros que tienen las islas, el faro da porta, el faro de Cíes y el faro do peito.

La última opción, bautizada como ruta alto do principe, es la más sencilla de todas y es considerada ideal para niños.

Te lleva a lo alto del monte agudo y desde esa altura se puede disfrutar de los acantilados de la isla.

Recuerda que en todos los casos se trata de un espacio natural, donde no puedes dejar basura y donde debes seguir el código de ética del senderismo.

Si tienes buena condición física, es posible hacer las 4 rutas en un solo día.

De lo contrario, tienes la opción de pasar la noche en las Islas Cíes, para lo cual existe un camping, si te quedas ahí, podrás ver el amanecer desde uno de los últimos puntos de Europa.

Dónde comer en las Islas Cíes

Existen tres restaurantes en el archipiélago.

El restaurante Rodas, con vistas a esta playa es de autoservicio y funciona de 1:30 a 3:30 de la tarde.

El camping tiene su propio restaurante para que todos los que deciden acampar puedan comer.

Finalmente está el restaurante Serafín, que se especializa en pescados y mariscos de las rías de Vigo.

 

Mientras familias enteras subían a los tejados de sus casas, observando atentas hacia el cerro de Huixachtecatl, un grupo de sacerdotes ataviados con sus mejores galas caminaban en procesión al templo en la cima del montículo.

Eran los responsables de uno de los ceremoniales más importantes del México prehispánico: la Ceremonia del Fuego Nuevo, que se realizaba cada 52 años.

Tras llegar a la cumbre, los sacerdotes esperaban la caída de la noche; observaban la aparición de las estrellas Pléyades y, al visualizarlas, encendían una gran hoguera a la vez que sacrificaban a un prisionero.

Cuando los pobladores del valle de México veían las llamas, entraban en júbilo y hacían penitencia cortando sus orejas para alimentar con su sangre al sol.

En la punta del cerro, se encendían antorchas con el fuego nuevo que era llevado a cada población cercana, incluida la gran Tenochtitlán.

La ceremonia significaba el inicio de un nuevo ciclo, y que el mundo viviría otros 52 años.

La última vez que la ceremonia se realizó, fue en 1507. El cerro de Huixachtecatl, es el hoy llamado Cerro de la Estrella, y el templo mexica donde se hacía el acto, aún corona su cima.

Es un tesoro turístico y cultural poco conocido en Ciudad de México.

Más allá de La Pasión de Iztapalapa

En el imaginario de los mexicanos el Cerro de la Estrella, está ligado a la Semana Santa.

La Pasión representada por gente de los barrios de Iztapalapa, recibe gran atención mediática y millones de visitantes, que lo hacen uno de los eventos más grandes del país.

Este 2023, la Pasión ya no tiene ninguna restricción provocada por la pandemia, y vuelve a celebrarse en plenitud, sugiriéndose, mas no obligándose a portar cubrebocas.

Para la edición 180 del evento, David Uriel González, de 24 años, hará el papel de Jesús de Nazareth.

Pasados los días de asueto la zona rara vez es visitada, a pesar de tratarse de una importante área arqueológica, una de cinco abiertas al público en la ciudad, y de un pulmón verde en el oriente de la ciudad.

Visitarlo te llevará a conocer un lugar único de la capital mexicana.

Rumbo a la cima del Cerro de la Estrella

El museo del fuego nuevo, a medio camino subiendo al cerro, da inicio a la visita. Aunque su contenido compuesto por maquetas y placas informativas, lo hacen un atractivo menor que sólo introduce lo que se verá más adelante.

El museo incluye piezas arqueológicas halladas en el cerro, y algunas esculturas colocadas tras su renovación para ser parte de la Ruta dos del Iztapabús completan la exhibición.

Al salir, hay que prepararse para conquistar los 2460 metros del cerro, que lo hacen el noveno punto más alto de la ciudad.

Los edificios prehispánicos están en su cima. Frente al basamento piramidal, se extiende la Plaza del Fuego Nuevo, donde se celebraba la ceremonia de renovación del ciclo.

Ahí, se tiene un exclusivo mirador para contemplar toda la urbe, y dada su situación respecto al resto del Valle se aprecia por qué era el punto indicado para que desde cada pueblo se viera el encendido del fuego.

En días sin neblumo los ojos alcanzan a ver toda la ciudad, por lo cual es recomendable planear la visita en una fecha en que el aire se lleve el esmog.

Vista de la Ciudad de México desde la pirámide en el Cerro de la Estrella

Pensar que las ceremonias religiosas más importantes de los antiguos y los nuevos mexicanos se han celebrado en el mismo lugar, da un gran valor simbólico a un sitio que además sorprende por haber sobrevivido a la época colonial, cuando era usual remplazar templos indígenas por cristianos.

Hoy una recreación de la ceremonia se representa a finales de cada año.

Un espacio natural

El lugar no se reduce al templo, gracias a 100 hectáreas arboladas, el cerro es una importante área natural para un oriente capitalino sin muchos espacios verdes.

Desde la cima del Huixachtecatl parten senderos sin pavimentar que permiten descubrir otros atractivos de la zona, las cuevas y petroglifos que complementan la oferta arqueológica del lugar.

Los petroglifos, imágenes simbólicas talladas en piedras, son una de las expresiones humanas más antiguas y duraderas, pues se registran en todo el mundo, desde la prehistoria hasta la actualidad.

En el Cerro de la Estrella se han localizado 185 en 6 conjuntos. Los más detallados y complejos se encuentran en el interior de cuevas, mostrando la relación entre ambos.

Las cuevas presentes en todo el cerro, son producto de la actividad volcánica hace millones de años.

Se conocen 144, que se extienden desde la cima del cerro hasta terrenos anexos a la calzada Ermita-Iztapalapa.

La más renombrada de ellas es la Cueva del Diablo, que con 15 metros de profundidad es la más grande.

Cuevas CDMX

El conjunto de árboles, cuevas y petroglifos son un pretexto para activarse con un paseo en el bosque, y para sentirse un explorador que descubre huellas de civilizaciones pasadas.

Potencial desaprovechado

Arqueología, naturaleza, cultura. El Cerro de la Estrella tiene todo para convertirse en uno de los destinos turísticos más importantes de la capital.

Pero para lograrlo se tiene que desarrollar un programa serio que explote todo su potencial y supere los problemas que hoy enfrenta, cuestión en la que las autoridades de todos los niveles han sido omisas.

Ser uno de los centros ceremoniales más importantes de la época prehispánica no ha sido suficiente para garantizar su protección.

Desde 1978 se trabajó en un documento que declararía al cerro como zona de monumentos arqueológicos.

Pero desde el 2000 se está a la espera de la firma de un presidente para que entre en vigor, sin que en ningún sexenio se haya concretado esta formalidad que permitiría defender el sitio.

En el aspecto natural, el cerro ha sufrido un severo desgaste.

En 1938 era uno de los espacios verdes más importantes de la ciudad, por lo que Lázaro Cárdenas lo declaró un parque nacional de 1,100 hectáreas.

Pero sucesivos gobiernos no tuvieron ningún respeto por la zona, y el terreno se fue urbanizando hasta perder la declaratoria.

Hoy es un área de protección ecológica que abarca sólo 143 ha.

Pareja de amigos viendo un paisaje

Mientras tanto la alcaldía sigue permitiendo la deforestación y crecimiento de asentamientos ilegales, que terminan por recibir servicios en lugar de ser desalojados.

Los asentamientos, traen consigo dos cosas que afectan el turismo, el medio ambiente y el patrimonio.

Por un lado, impiden la investigación de más vestigios que aumentarían el atractivo del sitio.

Un ejemplo, desde 2006 se conoce la existencia de una pirámide teotihuacana de 18 metros de altura y 150 de base.

Pero el INAH renunció a desenterrarla por encontrarse en la plaza donde se celebra la Pasión, y a pocos metros de unas casas.

Por otro, quien se aventura lejos del templo en la cima, se acerca a lugares inseguros.

Así lo denuncia Claudia Leyva, arqueóloga que en 2011 emprendió una iniciativa turística llamada Senderismo In Lak’ech, que llevaba a conocer los petrograbados y cuevas de mano de expertos, pero que se canceló prematuramente.

“No pudimos contra la ignorancia, negligencia y oportunismo de las autoridades locales”, comenta, “la agresividad de los invasores fue lo que nos hizo desistir definitivamente, ya que nos seguían con actitudes intimidatorias y drogándose abiertamente… La última vez ya habían grafiteado unos petrograbados que ubicaron por nuestro propio recorrido”.

Finalmente, se impide recuperar las áreas verdes y se mantiene la amenaza de que continúe su depredación.

Imaginar un área natural de más de 200 hectáreas, sin invasiones, en medio de la ciudad; donde además del templo actual se pueda admirar una pirámide del tamaño de la de La Luna, y vestigios hoy desconocidos; donde senderos limpios y bien señalizados lleven a petrograbados y cuevas sin graffiti; donde una vez al año se celebre un evento cultural que capte las miradas del mundo; y conectado directamente al Centro Histórico por la línea 8 del metro, permitiendo el fácil acceso de miles de turistas extranjeros que detonen la economía de la zona, es posible.

Pero se necesita el trabajo y compromiso de ciudadanos y autoridades.

Como viajeros responsables, un primer paso es reclamar el espacio, visitarlo y mostrar el interés que hay en el.

Se puede tener un gran espacio de turismo sostenible que recupere un lugar clave de la cultura mexica, impulsando la cultura, el medio ambiente y la economía de la zona.

Nota sobre la seguridad

El Cerro de la Estrella, como el grueso de Iztapalapa tiene la fama de ser uno de los lugares mas inseguros de la CDMX.

Sin embargo en Viajeros en Ruta lo hemos visitado varias veces sin percibir inseguridad, y hemos visto como los vecinos de la zona lo recorren para actividades deportivas.

De cualquier modo vale la pena tomar precauciones y nunca aventurarte por senderos más allá del camino que lleva a la pirámide ni acudir hacia el atardecer.

Conforme los viajeros y vecinos hagan suyo el espacio, será cada vez un mejor lugar que visitar.

Información Básica

¿Cómo llegar al Cerro de la Estrella?

Es una de las pocas zonas de Iztapalapa con servicio de metro, debes tomar la línea 8 (verde) y bajarte en la estación Iztapalapa. Desde ahí camina por la calzada Ermita Iztapalapa hasta llegar al “camino al cerro de la estrella.” Este te lleva hasta la cima