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Mientras familias enteras subían a los tejados de sus casas, observando atentas hacia el cerro de Huixachtecatl, un grupo de sacerdotes ataviados con sus mejores galas caminaban en procesión al templo en la cima del montículo.

Eran los responsables de uno de los ceremoniales más importantes del México prehispánico: la Ceremonia del Fuego Nuevo, que se realizaba cada 52 años.

Tras llegar a la cumbre, los sacerdotes esperaban la caída de la noche; observaban la aparición de las estrellas Pléyades y, al visualizarlas, encendían una gran hoguera a la vez que sacrificaban a un prisionero.

Cuando los pobladores del valle de México veían las llamas, entraban en júbilo y hacían penitencia cortando sus orejas para alimentar con su sangre al sol.

En la punta del cerro, se encendían antorchas con el fuego nuevo que era llevado a cada población cercana, incluida la gran Tenochtitlán.

La ceremonia significaba el inicio de un nuevo ciclo, y que el mundo viviría otros 52 años.

La última vez que la ceremonia se realizó, fue en 1507. El cerro de Huixachtecatl, es el hoy llamado Cerro de la Estrella, y el templo mexica donde se hacía el acto, aún corona su cima.

Es un tesoro turístico y cultural poco conocido en Ciudad de México.

Más allá de La Pasión de Iztapalapa

En el imaginario de los mexicanos el Cerro de la Estrella, está ligado a la Semana Santa.

La Pasión representada por gente de los barrios de Iztapalapa, recibe gran atención mediática y millones de visitantes, que lo hacen uno de los eventos más grandes del país.

Este 2023, la Pasión ya no tiene ninguna restricción provocada por la pandemia, y vuelve a celebrarse en plenitud, sugiriéndose, mas no obligándose a portar cubrebocas.

Para la edición 180 del evento, David Uriel González, de 24 años, hará el papel de Jesús de Nazareth.

Pasados los días de asueto la zona rara vez es visitada, a pesar de tratarse de una importante área arqueológica, una de cinco abiertas al público en la ciudad, y de un pulmón verde en el oriente de la ciudad.

Visitarlo te llevará a conocer un lugar único de la capital mexicana.

Rumbo a la cima del Cerro de la Estrella

El museo del fuego nuevo, a medio camino subiendo al cerro, da inicio a la visita. Aunque su contenido compuesto por maquetas y placas informativas, lo hacen un atractivo menor que sólo introduce lo que se verá más adelante.

El museo incluye piezas arqueológicas halladas en el cerro, y algunas esculturas colocadas tras su renovación para ser parte de la Ruta dos del Iztapabús completan la exhibición.

Al salir, hay que prepararse para conquistar los 2460 metros del cerro, que lo hacen el noveno punto más alto de la ciudad.

Los edificios prehispánicos están en su cima. Frente al basamento piramidal, se extiende la Plaza del Fuego Nuevo, donde se celebraba la ceremonia de renovación del ciclo.

Ahí, se tiene un exclusivo mirador para contemplar toda la urbe, y dada su situación respecto al resto del Valle se aprecia por qué era el punto indicado para que desde cada pueblo se viera el encendido del fuego.

En días sin neblumo los ojos alcanzan a ver toda la ciudad, por lo cual es recomendable planear la visita en una fecha en que el aire se lleve el esmog.

Vista de la Ciudad de México desde la pirámide en el Cerro de la Estrella

Pensar que las ceremonias religiosas más importantes de los antiguos y los nuevos mexicanos se han celebrado en el mismo lugar, da un gran valor simbólico a un sitio que además sorprende por haber sobrevivido a la época colonial, cuando era usual remplazar templos indígenas por cristianos.

Hoy una recreación de la ceremonia se representa a finales de cada año.

Un espacio natural

El lugar no se reduce al templo, gracias a 100 hectáreas arboladas, el cerro es una importante área natural para un oriente capitalino sin muchos espacios verdes.

Desde la cima del Huixachtecatl parten senderos sin pavimentar que permiten descubrir otros atractivos de la zona, las cuevas y petroglifos que complementan la oferta arqueológica del lugar.

Los petroglifos, imágenes simbólicas talladas en piedras, son una de las expresiones humanas más antiguas y duraderas, pues se registran en todo el mundo, desde la prehistoria hasta la actualidad.

En el Cerro de la Estrella se han localizado 185 en 6 conjuntos. Los más detallados y complejos se encuentran en el interior de cuevas, mostrando la relación entre ambos.

Las cuevas presentes en todo el cerro, son producto de la actividad volcánica hace millones de años.

Se conocen 144, que se extienden desde la cima del cerro hasta terrenos anexos a la calzada Ermita-Iztapalapa.

La más renombrada de ellas es la Cueva del Diablo, que con 15 metros de profundidad es la más grande.

Cuevas CDMX

El conjunto de árboles, cuevas y petroglifos son un pretexto para activarse con un paseo en el bosque, y para sentirse un explorador que descubre huellas de civilizaciones pasadas.

Potencial desaprovechado

Arqueología, naturaleza, cultura. El Cerro de la Estrella tiene todo para convertirse en uno de los destinos turísticos más importantes de la capital.

Pero para lograrlo se tiene que desarrollar un programa serio que explote todo su potencial y supere los problemas que hoy enfrenta, cuestión en la que las autoridades de todos los niveles han sido omisas.

Ser uno de los centros ceremoniales más importantes de la época prehispánica no ha sido suficiente para garantizar su protección.

Desde 1978 se trabajó en un documento que declararía al cerro como zona de monumentos arqueológicos.

Pero desde el 2000 se está a la espera de la firma de un presidente para que entre en vigor, sin que en ningún sexenio se haya concretado esta formalidad que permitiría defender el sitio.

En el aspecto natural, el cerro ha sufrido un severo desgaste.

En 1938 era uno de los espacios verdes más importantes de la ciudad, por lo que Lázaro Cárdenas lo declaró un parque nacional de 1,100 hectáreas.

Pero sucesivos gobiernos no tuvieron ningún respeto por la zona, y el terreno se fue urbanizando hasta perder la declaratoria.

Hoy es un área de protección ecológica que abarca sólo 143 ha.

Pareja de amigos viendo un paisaje

Mientras tanto la alcaldía sigue permitiendo la deforestación y crecimiento de asentamientos ilegales, que terminan por recibir servicios en lugar de ser desalojados.

Los asentamientos, traen consigo dos cosas que afectan el turismo, el medio ambiente y el patrimonio.

Por un lado, impiden la investigación de más vestigios que aumentarían el atractivo del sitio.

Un ejemplo, desde 2006 se conoce la existencia de una pirámide teotihuacana de 18 metros de altura y 150 de base.

Pero el INAH renunció a desenterrarla por encontrarse en la plaza donde se celebra la Pasión, y a pocos metros de unas casas.

Por otro, quien se aventura lejos del templo en la cima, se acerca a lugares inseguros.

Así lo denuncia Claudia Leyva, arqueóloga que en 2011 emprendió una iniciativa turística llamada Senderismo In Lak’ech, que llevaba a conocer los petrograbados y cuevas de mano de expertos, pero que se canceló prematuramente.

“No pudimos contra la ignorancia, negligencia y oportunismo de las autoridades locales”, comenta, “la agresividad de los invasores fue lo que nos hizo desistir definitivamente, ya que nos seguían con actitudes intimidatorias y drogándose abiertamente… La última vez ya habían grafiteado unos petrograbados que ubicaron por nuestro propio recorrido”.

Finalmente, se impide recuperar las áreas verdes y se mantiene la amenaza de que continúe su depredación.

Imaginar un área natural de más de 200 hectáreas, sin invasiones, en medio de la ciudad; donde además del templo actual se pueda admirar una pirámide del tamaño de la de La Luna, y vestigios hoy desconocidos; donde senderos limpios y bien señalizados lleven a petrograbados y cuevas sin graffiti; donde una vez al año se celebre un evento cultural que capte las miradas del mundo; y conectado directamente al Centro Histórico por la línea 8 del metro, permitiendo el fácil acceso de miles de turistas extranjeros que detonen la economía de la zona, es posible.

Pero se necesita el trabajo y compromiso de ciudadanos y autoridades.

Como viajeros responsables, un primer paso es reclamar el espacio, visitarlo y mostrar el interés que hay en el.

Se puede tener un gran espacio de turismo sostenible que recupere un lugar clave de la cultura mexica, impulsando la cultura, el medio ambiente y la economía de la zona.

Nota sobre la seguridad

El Cerro de la Estrella, como el grueso de Iztapalapa tiene la fama de ser uno de los lugares mas inseguros de la CDMX.

Sin embargo en Viajeros en Ruta lo hemos visitado varias veces sin percibir inseguridad, y hemos visto como los vecinos de la zona lo recorren para actividades deportivas.

De cualquier modo vale la pena tomar precauciones y nunca aventurarte por senderos más allá del camino que lleva a la pirámide ni acudir hacia el atardecer.

Conforme los viajeros y vecinos hagan suyo el espacio, será cada vez un mejor lugar que visitar.

Información Básica

¿Cómo llegar al Cerro de la Estrella?

Es una de las pocas zonas de Iztapalapa con servicio de metro, debes tomar la línea 8 (verde) y bajarte en la estación Iztapalapa. Desde ahí camina por la calzada Ermita Iztapalapa hasta llegar al “camino al cerro de la estrella.” Este te lleva hasta la cima

 

Miramar de Ansenuza es el lugar donde se ubica el nuevo Parque Nacional de Argentina, que protegerá uno de los humedales más importantes del país.

Así lo anunció el Ministerio de Medio Ambiente, que también cuenta con que el lugar se convierta en un espacio para hacer ecoturismo.

El nuevo Parque Nacional de Ansenuza, que se estableció oficialmente el 8 de mayo, se convierte además en el más grande del país.

Con 880,000 hectáreas supera al Parque Nacional de Los Glaciares, que tiene 726,927.

Ansenuza es hogar de 450 especies, varias de ellas amenazadas, y es un importante refugio de aves migratorias, además de un importante lugar de anidación del flamenco austral.

Es por esta razón que el día elegido para anunciar su creación coincidió con el Día Mundial de las Aves Migratorias.

El humedal se forma debido a que el lugar se encuentra en la cuenca endorreica más importante de Argentina y comprende la Mar Chiquita, el lago salino más grande de América del Sur y los bañados del Río Dulce.

Desde 2002 el sitio está reconocido como una reserva Ramsar y desde 2017 se trabajaba para lograr la protección nacional que se consiguió ahora.

Hernán Casañas, director de la ONG Aves Argentinas celebró el nombramiento que protege un ecosistema único y que ayuda a luchar contra la catástrofe ambiental causada por el hombre.

“Estamos a tiempo de cambiar la situación acuciante en lo ambiental, la pérdida de biodiversidad viene a un ritmo inusitado en la historia”, señaló.

La ONG acompañó el proyecto desde el principio, y desde 2018 contaron con apoyo internacional de la Fundación Wyss.

Esta Fundación tiene como objetivo lograr que el 30% del planeta quede protegido como reserva natural para 2030, una lucha esencial para combatir la emergencia climática y que pasa por no fragmentar las áreas naturales con proyectos de turismo masivo como el tren maya.

Wyss también financiará un documental para promover el parque entre los aficionados de la observación de aves para impulsar un turismo sostenible.

El gobierno argentino también trabaja en un circuito turístico que una a todas las localidades de la zona.

Ansenuza es el tercer Parque Nacional en la provincia de Córdoba, donde también se puede visitar los parques Traslasierra y Quebrada del Condorito.

Después de año y medio de trabajo, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai se convirtió en el primer espacio protegido acreditado como un destino turístico sostenible en el País Vasco.

Esto, después de lograr su adhesión a la Carta Europea de Turismo Sostenible.

Para lograr el objetivo, se contó con la participación de numerosos cuerpos incluyendo Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco, y la Asociación de Desarrollo Rural Urremendi.

Además, colaboraron las oficinas de turismo de Bermeo, Mundaka y Gernika, así como de la Agencia Vasca de Turismo de Euskadi- Basquetour, la Diputación Foral de Bizkaia y la Asociación para el Turismo Sostenible de Urdaibai (Tourdaibai). También participó la sociedad y el sector empresarial de la comarca de Busturialdea.

Urdaibai es el nombre que recibe la reserva natural que se forma en la desembocadura del río Oka, y ocupa una superficie de 220 kilómetros cuadrados.

Es considerado el humedal más importante de Euzkadi, y en su territorio los viajeros en ruta pueden hacer senderismo y disfrutar de los paisajes, la flora y la fauna de la zona.

Además, hay playas, algunas de las cuales tienen olas para practicar el surf.

Los municipios que la conforman tienen importantes tradiciones culturales como la feria del pescado en Bermeo y la feria agrícola de Guernica.

Urdaibai ya es un destino conocido por los españoles, pero la certificación como destino sostenible, lo pone en los ojos del mundo entero.

En la actualidad hay 168 destinos certificados en Europa, repartidos por 20 países, y en cada uno de ellos se apoya el equilibrio entre su conservación y el desarrollo sostenible del territorio.

De acuerdo al director de la reserva, Nicolás García Borreguero, la acreditación supone una “hoja de ruta” para desarrollar un turismo enfocado en los principios del ecoturismo, basado en el respeto del entorno ambiental, social y económico.

Costa Rica sigue siendo uno de los ejemplos del mundo en respeto al medio ambiente y turismo sostenible, y hoy anunció la creación de un nuevo Parque Nacional.

Se trata de la Isla de San Lucas, ubicada en el Golfo de Nicoya, en la costa del Pacífico del país centroamericano.

La iniciativa, impulsada por el Partido Liberación Nacional, pone el foco en el turismo sustentable, y busca que San Lucas se convierta en el motor del desarrollo del turismo en la zona del Golfo de Nicoya.

Por ello, no sólo se protegerá a la vida silvestre, sino también el patrimonio histórico de la isla, que fue durante más de un siglo una prisión, hasta que fue clausurada en 1991.

“Confío en que dentro de algunos años el nuevo Parque Nacional Isla San Lucas se convertirá en uno de los parques más visitados por el turismo nacional e internacional, generando riqueza para las y los habitantes de Puntarenas, el Golfo de Nicoya y todas las poblaciones costeras colindantes”, dijo Carlos Benavides, congresista que impulsó la propuesta.

La cárcel de San Lucas fue tan importante, que protagoniza incluso novelas de la literatura costarricense, como es el caso de La isla de los hombres solos, de José León Sánchez.

Pero la presencia humana en la isla se remonta a la época precolombina, y en el lugar se tienen registrados al menos 8 sitios arqueológicos.

El más importante lleva por nombre ‘Vigilante Alto’.

Además, es un lugar donde se pueden hacer viajes de voluntariado, los más importantes gestionados por la Universidad de Costa Rica.

San Lucas se encuentra a ocho kilómetros de Puntarenas, su ciudad más cercana, donde también puedes encontrar oportunidades de voluntariado.

La Isla de San Lucas será el trigésimo parque nacional de Costa Rica, y el segundo ubicado en una isla.

El otro es la Isla de Cocos, pero se trata de un lugar donde no se desarrolla el turismo, por lo cual este nuevo lugar será la mejor opción para disfrutar de la naturaleza y del patrimonio insular de Costa Rica.

Desde el miércoles 6 de agosto, comezó el proceso de reapertura de los parques nacionales de Chile para hacer ecoturismo.

Esto, después de que el ministro de Agricultura del país, Antonio Walker, anunciara que la reapertura gradual de los espacios naturales del país andino.

La reapertura inició en el Parque Nacional Alerce Costero en Los Ríos, y se extenderá hasta finales de noviembre.

Tras el Parque Nacional Alerce Costero siguió la Reserva Nacional Mocho Choshuenco, también en la Región de Los Ríos, que abrió el próximo 15 de agosto.

Durante septiembre reabrirán, por ejemplo, el Parque Nacional Torres del Paine y Monumento Natural Cueva del Milodón, en la Región de Magallanes; y el Parque Nacional Patagonia (sector Tamango), Reserva Nacional Río Simpson, Reserva Nacional Coyhaique y Monumento Natural Dos Lagunas, en la Región de Aysén.

Varios de estos espacios forman parte de la famosa Ruta de los Parques, con la que Chile estableció un récord en cuanto a la extensión de sus rutas de senderismo.

Para esa fecha, y si la pandemia del coronavirus no obliga a cambiar los planes, las 105 áreas silvestres protegidas, 41 parques nacionales, 46 reservas nacionales y 18 monumentos naturales estarán abiertos para hacer turismo sostenible.

parque nacional de Chile

Junto a Walker, el secretario de Bienes Nacionales, Julio Isamit; al subsecretario de Turismo, José Luis Uriarte, y al director Ejecutivo de CONAF, Rodrigo Munita, también estuvieron en el anuncio.

Durante la conferencia, se anunciaron varias de las medidas de seguridad, para que los viajeros puedan visitar estos espacios sin riesgos de contagio.

“Cuando estamos en áreas abiertas y tomamos las precauciones, el contagio ha sido muy bajo, por eso nos hemos preparado, para eso se han preparado los guardaparques. Todas las boleterías van a tener vidrios o micas, de preferencia hemos dicho que el pago de la entrada sea con tarjeta de crédito o débito o en alguna forma de pago electrónico, no se van a permitir grupos mayores a 15 personas y también en las boleterías va a estar demarcado el lugar donde tiene que esperar la persona”, explicó Walker.

“la Corporación Nacional Forestal y su equipo de guardaparques, conscientes del gran aporte emotivo, de relajo y de esparcimiento que los parques entregan a nuestros compatriotas en estos duros momentos debido a la pandemia, hemos realizado un enorme esfuerzo de coordinación a lo largo del país, en conjunto con las comunidades locales para disponer de manera segura de nuestras áreas silvestres protegidas”, destacó Munita.

Además de las medidas tomadas, Chile está trabajando en la creación de un sistema de reservas online para controlar el acceso a los parques.

Cabe mencionar que, de registrarse un aumento en los contagios entre los visitantes, se puede dar marcha atrás a esta reapertura.

Chile tiene más de 362,000 contagios al momento de la reapertura y es el octavo país del mundo con más enfermos, aunque ha logrado frenar el ascenso de la enfermedad en las últimas semanas.

¿Cuáles parques nacionales de Chile están abiertos?

Al 21 de noviembre de 2020 los parques nacionales abiertos son:

Región de la Araucania

  • Parque Nacional Conguillío
  • Parque Nacional Nahuelbuta
  • Parque Nacional Huerquehue
  • Parque Nacional Tolhuaca
  • Parque Nacional Villarrica
  • Reserva Nacional Malalcahuello

Región de Atacama

  • Parque Nacional Pan de Azúcar

Región de Aysén

  • Parque Nacional Patagonia
  • Reserva Nacional Río Simpson
  • Reserva Nacional Coyhaique
  • Monumento Nacional Dos Lagunas

Región del Biobío

  • Parque Nacional Laguna del Laja
  • Reserva Nacional Nonguén

Región de Los Ríos

  • Parque Nacional Alerce Costero

Región de Los Lagos

  • Parque Nacional Chiloé
  • Parque Nacional Pumalín
  • Parque Nacional Puyehue
  • Parque Nacional Vicente Pérez Rosales
  • Reserva Nacional Futaleufú

Región del Maule

  • Parque Nacional y Reserva Nacional Radal 7 Tazas
  • Reserva Nacional Altos de Lircay
  • Reserva Nacional Los Ruiles
  • Reserva Nacional Federico Albert
  • Reserva Nacional Laguna Torca

Región Metropolitana

  • Parque Nacional Río Clarillo
  • Monumento Natural El Morado

Región del Ñuble

  • Reserva Nacional Ñuble

Región de O’Higgins

  • Reserva Nacional Río de Los Cipreses

Región de Tarapacá

  • Parque Nacional Volcán Isluga
  • Reserva Nacional Pampa del Taramugal

Región de Valparaíso

  • Parque Nacional La Campana
  • Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández
  • Reserva Nacional Lago Peñuelas
  • Reserva Nacional El Yali
  • Santuario de la Naturaleza Laguna El Peral

Puedes consultar los horarios aquí.