Uno de los más grandes tesoros arqueológicos de Sonora ha sido recuperado y reabierto al público. Se trata de las pinturas rupestres de La Pintada.
Ubicadas a 50 kilómetros de Hermosillo, el turismo destructivo provocó que el arte rupestre de La Pintada estuviera cerca de perderse para siempre.
Lejos de la vigilancia que el lugar requería, durante años los visitantes llegaron hasta este rincón de la Sierra Libre para hacer carnes asadas, celebraciones que en ocasiones acababan en actos vandálicos contra las pinturas.
El arte rupestre de La Pintada terminó por ser cubierto por pintas, obscenidades, mensajes e incluso en un punto recibieron una cubetada de pintura verde, lo cual llevó a que finalmente el sitio quedara cerrado a los visitantes.
Un vandalismo similar lo sufren las pinturas rupestres de Milpa Alta.
Expertos del INAH se dieron entonces a la tarea de recuperar el lugar, una meticulosa tarea que requirió de más de 10 años para completarla.
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El trabajo se hizo con precisión milimétrica, utilizando hisopos ara borrar todo lo vandalizado sin afectar las pintas originales y en condiciones complicadas que obligaron a los restauradores a trabajar bajo temperaturas de 38° y en ocasiones a 25 metros de altura sobre un despeñadero.
Pero la tarea fue exitosa y hoy La Pintada vuelve a brillar como uno de los tesoros históricos del estado de Sonora, presumiendo 2 mil diseños hechos en diferentes épocas sobre las rocas y que van desde simples puntos y líneas hasta figuras humanas y de animales.
Además, el INAH busca que se otorgue a la zona el título de zona arqueológica, lo cual permitirá una mayor protección tanto de las pinturas como de su entorno.
De lograrlo, el área tendría una extensión de 31 hectáreas y no sólo incluiría las pinturas, sino también los campamentos estacionales que se instalaron en la zona en diferentes periodos desde el año 400 d.C. hasta el siglo XIX.
Al permanecer cerrada diez años, de manera natural también se recuperó el medio ambiente de la región, y la flora y fauna original han recuperado sus espacios, los cuales tuvieron influencia en el paisaje cultural de La Pintada.
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Lo mejor de todo es que, tras rescatar el sitio, el INAH lo ha abierto para que los Viajeros en Ruta por Sonora puedan conocer este lugar que nos remonta al pasado para conocer la cultura de los seris.
Pero, tras la experiencia previa, las visitas no serán tan sencillas y se realizan de manera controlada siguiendo una programación.
Si quieres ser uno de los afortunados que conozcan estas pinturas debes comunicarte con el Centro INAH Sonora.
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