Caminata en busca de hongos en San Lorenzo Tlacoyucan

Ramón Galicia

En busca de hongos en San Lorenzo Tlacoyucan

Ciudad de México, Ecoturismo, México, Milpa Alta, San Lorenzo Tlacoyucan, Senderismo

Maravillosa mañana para ver un nuevo amanecer desde lo alto de la montaña en San Lorenzo Tlacoyucan, uno de los pueblos de Milpa Alta.

Es un pueblo con mucha tradición e historia, se dice que en este lugar, precisamente debajo de su iglesia, la ermita del Calvario, construcción iniciada en el siglo XVll y terminada en 1896, se encuentran enterrados los restos del último guerrero tlatoani. Y es precisamente aquí en este místico lugar donde espero la llegada (5:30 a.m.) del abuelo “Juanito” para iniciar el camino a la montaña.

Han sido muchas veces las que he ido a la montaña, pero nunca con él abuelo Juanito, lo cual lo hace mucho más especial el viaje.

El abuelo trae consigo toda una gran sabiduría sobre las plantas medicinales, herencia de sus ancestros. Pues bien, llega tan puntual como siempre “Juanito” y me da las indicaciones necesarias e importantes antes de tomar el camino a la montaña.

Todo comenzó así

Después de una ligera lluvia, la mañana era inmejorable para emprender el ascenso.

Don Juanito me comentó sobre la posibilidad de llegar por un camino alterno que tenía mínima dificultad; había que llegar más arriba rodeando la montaña, lo que en esencia era llegar a lo más alto para así admirar el bello paisaje.

Sin mayor retraso subimos a la camioneta que nos llevara a nuestro destino, a donde iniciaremos nuestra caminata.

Tomamos una desviación para empezar a subir entre curvas una carretera pavimentada y en buen estado.

Caminata en busca de hongos en San Lorenzo Tlacoyucan

Una vez arriba, Don Juanito me muestra el atajo, y llega el momento de caminar.

A menos de 10 metros de nosotros también se estacionaba un auto al pie del atajo; dos Alemanes enamorados de México buscando explorar senderos desconocidos.

Así es como comenzó un ligero ascenso. Nos emparejamos con el grupo y a paso lento fuimos subiendo. Luego de unos 20 minutos, íbamos haciendo un “tracking” entre arboles de pino con una extensa y variada vegetación que hacía sentir la respiración más pura.

!Exquisita experiencia!

Explorando

Después de superar los 35 minutos caminando, siempre en ascenso ligero, nos encontramos en el camino con una amplia gama de plantas medicinales que nos acariciaban las mejillas, con un aroma inigualable.

El camino cada vez era más sinuoso, pero también con paisajes hermosos. Una ventana entre todo tipo de árboles, se abría para poder admira a lo muy lejos el lago de Xico; nos maravilló tanto que nos detuvimos a observar e imaginar cómo sería en sus años maravillosos ese espejo de agua que se resiste a secarse.

Llegó un momento en el que perdí la noción del tiempo, me olvidé de grabar o tomar fotos así que me ocupé más por retener en mi mente esos exquisitos olores e hermosas imágenes.

Por el camino, seguimos con concentración y coordinación la subida… veo lo necesario de contar con una excelente condición física para cualquier imprevisto del camino.

Llegó un momento en que nos cruzamos con gente de la montaña quienes suelen ir en busca de Hongos.

¿Cuánto nos falta para llegar?, fue la pregunta me hizo el grupo, la respuesta fue” ya no mucho, como unos 200 metros”.

Aquellos 200 metros les parecieron al grupo 2 kilómetros hasta la cima. Una vista espectacular.

Desde San Lorenzo Tlacoyucan se ve toda la CDMX

El paisaje tan verde como el nopal y mágico como el propio pueblo. Fantástico porque desde aquí desde esta mística montaña se alcanza a observar toda la ciudad… ¡impresionante!

¡Sorpresa!

Una vez que se estabilizó el latir de nuestro corazón y nos relajamos con el paisaje, nos dimos cuenta que estábamos a unos 3,000 metros sobre el nivel del mar, pero que además no solo veníamos a realizar senderismo, también a recolectar hongos comestibles para luego guisarlos y prepararlos con la receta de la abuela!!!.

Nuestro plan original era solo llegar a lo más alto de la montaña. Vaya sorpresa la de él abuelo Don Juanito quien nos comparte y nos da la oportunidad de conocer parte de nuestra historia y raíces.

Recompensa

Llegar a la cima es todo un logro. Ya ahí Don Juanito nos platica sobre los hongos.

Nos cuenta que el vasto territorio y flora en Villa Milpa Alta sorprende a los estudiosos de la botánica por su extensa variedad de plantas medicinales que crecen entre árboles, pastizales y zacatones, lugares idóneos donde brotan una gama de hongos en época de lluvia formando parte de la maravillosa naturaleza, por lo que el hombre-campesino desde tiempos precuauhtémicos mantiene la experiencia y el conocimiento de generaciones en saber cuáles son los comestibles.

“Hace varios años milenios de años, el hongo se entronizó en el paladar de los hombres de diversos regiones del mundo; lo mismo sucedió en estas tierras del Valle de México, y el sureste de la CDMX no fue la excepción, pues se sigue consumiendo el nanacatl (hongo), platillo cien por ciento de excelencia para los paladares.”

Don Juanito heredero nahuablante nos dice algunos nombres de hongos que sus ancestros mencionaban en náhuatl y que al paso de los años se han ido perdiendo.

“Al hongo blanco se le llamaba iztlananacame, a los amarillos chimalnanacame, los rojos tlapalnanacame, los entre el rojo y negro se le denomina teyhuint”.

Experiencia Culinaria Prehispánica

Mientras nos platica vamos por el camino recolectando bajo su supervisión los exquisitos hongos que nos hemos de saborear…

Una vez que recolectamos los hongos suficientes “Don Juanito” nos indicó sentarnos haciendo un circulo alrededor de él, baja su mochila de sus hombres y se dispone a realizar magia culinaria.

Hongos silvestres en San Lorenzo Tlacoyucan listos para comerse

El abuelo comenzó lavando con mucho cuidado los hongos, los desmenuzaba en hebras, enseguida saca de su mochila como por arte de magia chiles serranos, pica unos cuantos de estos, enseguida cebollas las cuales corta en rajas, aderezaba con epazote y los preparaba con un poco de manteca en una cazuela de barro vidriado, y al vapor sobre los tenamaztles del tlecuil. ¡Bendita Mochila!.

Minutos después, del recipiente desprendía un vapor oloroso que invitaba a devorar el suculento platillo.

Con una cuchara de madera tomaba una porción para depositarlo suavemente sobre las tortillas azules recién salidas también de su mochila.

A saborear “el platillo de los dioses prehispánicos”, sólo nos faltó un buen tarro de pulque.

Mientras degustábamos el suculento platillo Don Juanito nos relató lo siguiente.

En el monte se encontraban algunas especies comestibles no comercializables debido a su escases, como son los hongos denominados “sanjuaneros”, haciendo alusión a que éstos brotan a pocas semanas después del día de San Juan Bautista, el 24 de junio.

Los hongos y sus nombres originarios

Cabe hacer notar que este alimento singular no fue exclusivo de nuestras culturas mesoamericanas, también los egipcios, babilonios, griegos y romanos lo apetecían para las grandes ocasiones.

En nuestro país, fue el alimento apreciado tanto por los macehuales como por los hueytlatoanis, de ahí su nombre; nacatl, que significa “carne”, en plural nanacatl, “carnes”. En efecto, nacatl hace alusión a su textura, ya que en su mayoría los hongos están carnosos.

Los mexicas clasificaban a los hongos de verano en: Los no alimenticios como citlalnanacame, y micoaninanacatl, a los mortíferos, teyhuintinananacame, a los que no ocasionan la muerte, pero si la locura, los xochinanacatl a los que actúan como narcótico y los teonanacatl fueron los el sustento de los dioses por ocasionar borrachera y embeleso.

Todo lo que sube, tiene que bajar…

Una vez que hemos disfrutado de las maravillas de la naturaleza, nos toca emprender la bajada.

¡Los invito a vivir experiencia de turismo sostenible con naturaleza!

Si no es lo suyo subir montañas entonces ven a Milpa Alta, donde en una de las aceras del mercado “Benito Juárez” te encontraras con las vendedoras de origen camesino sentadas en cuclillas al ras del suelo ofreciendo a las marchantitas los hongos silvestres expuestos para su venta.

Soy socio fundador de Sociedad Cooperativa de Turismo Milpa Alta, de la Antigua región llamada Malacateticpac Momoxco. Durante los últimos 12 años me he dedicado a hacer lo que más me gusta: recorrer mis raíces. (Mi chantli-mi casa o país) En todo este tiempo he conocido maravillosos lugares. A muchos de ellos he regresado varias veces. Además de promotor de destinos soy guía Turístico freelance.


He disfrutado de experiencias inolvidables. En mi mente, corazón y alma aún quedan los sonidos de las diferentes lenguas herencia de nuestros abuelos prehispánicos, olores, sabores, texturas, música, miradas y sonrisas de mucha gente. Sin olvidar hostales campiranos, rancherías, campamentos en la montaña, caminatas largas, mercados, museos, pueblos, zonas arqueológicas y paisajes naturales maravillosos.

Soy un afortunado y también un convencido de que el turismo representa un medio de unión y entendimiento entre los distintos pueblos y culturas.
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